Aire caliente contra Campylobacter en aves
El transporte de animales cuyo destino es el consumo humano constituye un factor importante en la prevención de enfermedades. El traslado de los animales está ligado con la posterior seguridad de los alimentos, por tanto, este debe hacerse en condiciones especÃficas para cada uno de los animales transportados (ganado avÃcola, porcino o vacuno necesitan condiciones de transporte distintas). En el caso de las aves y, en concreto, de los pollos, es importante la prevención de Campylobacter, un patógeno cuya ruta se inicia ya en la producción primaria, y puede continuar en el transporte. A pesar de que este patógeno se elimina de la carne con la congelación y la cocción, es importante establecer sistemas de control desde la granja.
La bacteria se encuentra sobre todo en el tracto digestivo de aves de corral y pasa a la materia fecal. En la granja, y también durante el transporte, este patógeno puede depositarse en el suelo de las jaulas y camiones, cuando se trasladan a las plantas de procesamiento, lo que aumenta el riesgo de contaminación a aves que no están infectadas. Expertos del Servicio de Investigación AgrÃcola estadounidense (ARS) informan que un tratamiento a base de aire caliente (unos 50ºC) en el interior de los camiones reduce, a niveles casi indetectables, la presencia de Campylobacter.
En investigaciones anteriores ya se habÃa comprobado que el secado de las jaulas durante un periodo de 24 a 48 horas reducÃa o eliminaba la presencia de este patógeno del suelo de las jaulas, de ahà que los expertos aplicaran aire caliente para acelerar el proceso. La aplicación de aire caliente durante 15 minutos reduce de forma casi total la presencia de Campylobacter, unos resultados mucho más efectivos que si se aplica calor estático, aunque sea a temperaturas similares.
Transporte y estrés animal
El transporte de pollos vivos provoca un grado de estrés en las aves que se ha asociado con la excreción de patógenos como Salmonella y Campylobacter. Estos patógenos se depositan en las superficies de las jaulas de transporte, que pueden facilitar la contaminación cruzada de unas aves a otras. Aunque el lavado y desinfección del interior de los camiones disminuye el número o prevalencia de patógenos, no los destruye del todo, con el consiguiente riesgo de contaminación. Ya en 2004, en un estudio de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), se hacÃa mención de cómo el transporte afecta la salud y el bienestar de los animales.
Entonces, los expertos atribuÃan a factores de estrés con el aumento de infecciones en los animales transportados y la emisión de agentes infecciosos. Está demostrado que las aves se exponen, durante el transporte, a condiciones de estrés como movimientos, impactos, velocidad, ayuno, ruido, sed o aceleraciones. También se comprobado que, a partir de las nueve horas, se incrementa la contaminación microbiana por Campylobacter y Salmonella, en comparación con tiempos menores de cuatro horas.
Para reducir la propagación de enfermedades animales y zoonóticas asociadas con el transporte, los expertos destacaban la importancia de las inspecciones clÃnicas de los animales antes del transporte, asà como la aplicación de medidas de seguridad biológica como la limpieza y la desinfección de vehÃculos, lo que justifica avances en este campo como la investigación estadounidense.
PREVENIR LA CAMPYLOBACTERIOSIS
Campylobacteriosis es una de las principales causas de gastroenteritis, por detrás de salmonelosis. En la mayorÃa de los casos, las personas infectadas se recuperan sin ningún tratamiento especÃfico en un plazo de dos a cinco dÃas. La infección ocurre tras el consumo de carne de ave cruda o mal cocida o de leche no pasteurizada o agua contaminada. Debe tenerse en cuenta que Campylobacter tiene capacidad para causar enfermedades incluso en cantidades muy pequeñas. Una de las formas de contaminación es cortar la carne de aves de corral en una tabla de cortar y usar esta sin lavar para preparar verduras u otros alimentos crudos o poco cocinados.
En algunos casos, las aves pueden estar infectadas pero no muestran signos de la enfermedad, y pueden contagiar a otras aves a través de una fuente de agua común o por contacto con heces infectadas. La prevención en casa pasa por:
Cocinar la carne de ave a una temperatura interna de unos 73ºC.
Lavarse las manos antes de manipular los alimentos.
Prevenir la contaminación cruzada.
Evitar el consumo de agua no tratada.
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